Una pregunta clásica cuándo se aprende mediante el desarrollo de un proyecto es qué está aprendiendo realmente el alumnado mientras trabaja en ese proyecto. No sólo es una cuestión legítima que pueden plantearnos; es que el profesorado tiene la obligación de programar y planificar su asignatura y las tareas en el aula de modo que se garantice que el alumnado adquiere los contenidos que establece la normativa y desarrolla las competencias básicas tal y como la ley marca. No lo olvidemos: el A.B.P. persigue los mismos objetivos que las metodologías tradicionales, y estos son los que marcan los decretos y órdenes a los que todos estamos sujetos; quienes explican desde una pizarra durante sesenta minutos y quienes trabajan en un bosque para descubrir el entorno tienen la misma obligación de garantizar los resultados del alumnado según dicta la norma. La diferencia es que mediante el A.B.P. se alcanzan de otra manera, por otro camino, produciendo un aprendizaje mucho más significativo, consiguiendo una mayor motivación de todo el alumnado (no sólo de los que tradicionalmente tienen en rendimiento académico alto) y mejorando los resultados de todos. Si queréis saber más sobre Aprendizaje basado en proyectos aquí tenéis un enlace muy interesante.
Un excelente punto de partida para averiguar qué va a aprender el alumnado es la evaluación: sabiendo qué criterios de evaluación vamos a aplicar ellos orientan su trabajo en la dirección correcta. Los primeros que tienen que saber cómo se les va a evaluar son nuestros alumnos y alumnas; los siguientes, las familias. Dado que en clase hemos dedicado varias sesiones a explicar la rúbrica de evaluación, ahora toca exponerlo a madres y padres. Y el primer concepto que debe quedar claro es que evaluamos para mejorar; si la evaluación no sirve para mejorar entonces no sirve. Aquí tenéis una reflexión sobre la cuestión que puede ayudar a entender su importancia. Pero resumiendo, un alumno tiene que saber por qué no tiene un diez en cada asignatura, y tiene que tener muy claro qué debe hacer para conseguirlo; otra cuestión es que lo haga. Por desgracia, no todos lo hacen y parte de nuestro trabajo consiste en conseguir que cada vez más chicos y chicas le encuentren sentido a lo que les proponemos y decidan dar el paso de hacer las tareas escolares. De momento estamos bastante contentos con los resultados que vamos teniendo a pesar de las condiciones extremadamente precarias en las que hemos trabajado hasta ahora; los móviles son una ayuda pero tienen limitaciones evidentes. Mañana lunes el alumnado ya empezará a trabajar con los veinte iPads que nos han cedido y esto supondrá un salto cualitativo muy importante; cuando tengamos acceso a Internet os van a sorprender los resultados.
Al grano: esta es la rúbrica de evaluación.
¿Qué nos dice esta rúbrica? que los cinco criterios de evaluación que vamos a aplicar son:
Forma (10%): se respetan las normas del proyecto; dichas normas tienen su razón de ser. Si un grupo envía el nombre sin más y no completa la ficha, no podemos saber qué valores encarna el nombre propuesto, cuestión que nos parece esencial a la hora de poner el nombre al instituto. Si no se envían las fichas en el plazo previsto, no vamos a poder entregar a la empresa constructora el nombre en la fecha límite que nos ha dado y que tenemos que respetar porque ellos tienen sus plazos de finalización. Y así con todas; tenemos que acostumbrarnos a respetar la forma en que el profesorado plantea el trabajo durante el desarrollo del proyecto. En la vida real hay multitud de circunstancias que condicionan el trabajo que desarrollamos y hemos de contar con ellas; y acostumbrarnos a respetar la forma en los proyectos ayudará a planificar bien las tareas, entre otros objetivos. Como se explica en la rúbrica, quién no envíe la propuesta perderá el 10% de la nota, quien envíe las fichas incompletas perderá la mitad de ese 10%, quien envíe las fichas completas aunque lo haga tarde, perderá la cuarta parte de ese 10% y quien cumpla todas las normas de entrega ya habrá conseguido el 10% de la nota.
Expresión escrita (20%): quien se exprese con sus propias palabras, es decir, no copia y pega, y además no comete faltas de ortografía ni errores de concordancia ya tiene el 20% de la nota. Una buena expresión escrita es una excelente carta de presentación en la vida; saber expresarse correctamente por escrito nos abrirá muchas puertas en el futuro. Quien copie y pegue (y ya hemos explicado en clase lo fácil que es para el profesorado detectar esto; ya lo contaremos en otra ocasión) ya ha perdido el 20% de la nota. Copiar y pegar sin elaborar la información es una pérdida de tiempo absurda. Y tenemos muchas cosas que hacer y aprender para andar malgastando el tiempo.
Investigación (35%): Para conseguir el 35% de la nota con este apartado hay que utilizar distintas fuentes de información fiables; y hay que aprender a distinguir cuáles son fiables y cuáles no. Habrá que tomar las ideas principales de cada fuente (lo que implica saber reconocer cuáles son los ideas principales), contrastarlas y sintetizarlas. De aquí saldrá la base de la información que utilizaremos en la defensa pública del nombre mediante una presentación; esta habrá que elaborarla en la siguiente fase del proyecto. Consultar distintas fuentes y constrastarlas es un objetivo complejo para 1ºESO, por eso quienes lo consigan tendrán la máxima nota; de hecho muchos adultos no son capaces de hacer esta tarea correctamente. Por ello, si se utiliza una sola fuente de información, siempre que sea fiable, y siempre que sinteticemos las ideas principales, habremos conseguido tres cuartas partes de la nota que aporta este criterio.
Trabajo en grupo (20%): el trabajo en grupo puede enriquecer enormemente los resultados de los proyectos; tienen que reunirse y todos tienen que aportar. Un secretario/a tomará nota de los acuerdos y de las aportaciones de cada uno para presentarlas como evidencias de cómo contribuye cada uno. No podemos permitir que nadie se aproveche del trabajo de los demás sin hacer nada; si esto ocurriera quedaría reflejado en las actas de las reuniones del grupo. Y por supuesto cada uno tiene un trabajo individual que hacer para enriquecer el trabajo del grupo con sus aportaciones y hacer avanzar el proyecto. No podemos olvidar tampoco que el nombre propuesto hay que defenderlo en público delante del profesorado y del alumnado y que todos los miembros del grupo van a tener que responder a las preguntas que les hagan; si alguien no ha trabajado lo suficiente vamos a detectarlo rápidamente.
La candidatura (15%): y por último, el nombre que proponemos. No vale cualquiera; hemos explicado claramente que debe tener un fundamento histórico, geográfico, científico, o pedagógico. Y debe sugerir unos valores con los que nos identifiquemos todos y todas. La comisión que hizo la primera criba de propuestas el pasado lunes decidió aplicar como criterio que el nombre no podría provocar ninguna forma de división entre la comunidad educativa, ni por razones religiosas, ni ideológicas, ni de ningún otro tipo. Ha de ser un nombre con el que todos podamos identificarnos. Y me parece una sabia decisión. Y el nombre debe cumplir el requisito legal de no ser utilizado en otro centro en cincuenta kilómetros a la redonda. La búsqueda en profundidad del fundamento histórico, geográfico, científico, o pedagógico es el reto que está abordando ahora mismo el alumnado con la ayuda de las familias.
Para otro artículo dejamos las referencias al curriculum oficial de las distintas asignaturas con las que este proyecto está vinculado.
Vais a ver que durante los primeros meses haremos mucho hincapié en el desarrollo de instrumentos básicos para el aprendizaje como la cooperación, el trabajo en equipo, la búsqueda y selección de información, la elaboración de conclusiones, la expresión por escrito de las mismas, la presentación en público de las ideas, el debate, el respeto por los demás, las emociones … En un futuro no muy lejano llegarán los frutos de este enorme esfuerzo que supone para el alumnado asimilar todos estos instrumentos. Porque lo van a hacer ellos, con nuestra ayuda y la vuestra, pero lo tienen que hacer todas y cada una de las personas que vienen a aprender a nuestro centro.
Y no olvidemos que estamos al principio de 1ºESO; el listón de los objetivos irá subiendo. Esto va a ser interesante, motivador, divertido en muchos momentos, pero va a requerir esfuerzo por parte de todos; en algunos momentos mucho esfuerzo.
Sabemos que es un reto complejo y difícil; y también sabemos que el alumnado está muy motivado con este proyecto; tiene un componente emocional importante. El nombre que estará en la fachada de entrada a su instituto durante toda la historia del centro podrá ser el que ellos han elegido.
Y esto no ocurre todos los días.
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